Bolas de seda exfoliantes, exfolian suavemente sin dañar la piel, a la vez que la cuidan e hidratan, ya que se va liberando la proteína de seda (fibroína), al tiempo que elimina células muertas de la piel.
Humedece una pieza e insertala en tu dedo índice y pasa suavemente todo el rostro.
Por su riqueza en antioxidantes es un excelente protector de la piel frente a los radicales libres, y un gran aliado por lo tanto del envejecimiento prematuro.
Recupera la capa lipídica que cubre la piel dejando aspecto sedoso, es un aceite ligero, de rápida absorción.