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El ciclo de vida de tu piel

Uno de los aspectos más fascinantes de la piel es su capacidad de exfoliarse y regenerarse de manera natural. En promedio, la epidermis se renueva completamente una vez al mes. Sin embargo, este proceso se vuelve más lento a partir de los 25 años, cuando de media se alcanza la madurez biológica. Es entonces cuando comienza el envejecimiento progresivo de todos los órganos, incluida la piel.

Este enlentecimiento puede hacer que las pieles más maduras se vean engrosadas, apagadas o ásperas, ya que las células muertas se acumulan en la superficie. Por eso, estas pieles pueden beneficiarse de una exfoliación suave y regular, siempre adaptada al tipo de piel, para estimular la regeneración y mejorar la eficacia de los productos cosméticos.


¿Piel seca o piel deshidratada? No es lo mismo

Uno de los errores más comunes en el cuidado de la piel es confundir piel seca con piel deshidratada. Aunque ambas pueden sentirse tirantes, la causa y el tratamiento son muy distintos:

🔹 Piel seca

  • Causa: Falta de grasa (sebo).
  • Característica: Es una condición constante.
  • Sensación: Tirantez, descamación, aspereza.
  • Solución: Usar cremas o sérums oleosos, que aporten la parte grasa que falta y ayuden a sellar la hidratación.

🔹 Piel deshidratada

  • Causa: Falta de agua en la epidermis.
  • Característica: Es una condición puntual (puede ir y venir).
  • Sensación: Tirantez temporal, piel apagada.
  • Solución: lo mejor es hidratar desde dentro, mejorando la alimentación, incluyendo sobre todo frutas.

Una piel grasa puede también ser una piel deshidratada.


¿Cómo cuidar tu piel según su estado?

Lo ideal es utilizar productos que imiten la composición de la emulsión cutánea natural, es decir, que combinen agua y aceite. Aquí algunas sugerencias:

  • Para piel seca:
    • Pulveriza un agua floral o tónico hidratante.
    • Aplica un sérum oleoso y una crema hidratante.
    • Busca productos ricos en lípidos que refuercen la barrera cutánea.
  • Para piel deshidratada:
    • Aplica un tónico o serum hidratante.
    • Finaliza con una crema que ayude a retener la humedad.
    • Y sobre todo mejora tu alimentación aumentando el consumo de frutas.

Conclusión: Escucha lo que tu piel necesita

Cuidar la piel no se trata de seguir la rutina más cara ni la más viral, sino de conocer lo que tu piel necesita en cada momento. Aprender a diferenciar entre piel seca y deshidratada, entender el papel de la emulsión cutánea y adaptar tus productos según tu tipo de piel te ayudará a mantenerla saludable, luminosa y protegida a largo plazo.

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